Lahiguera es un municipio situado al este de la comarca de La Campiña. En el siglo XIII era conocido como La Fuente de la Figuera, en cuyo cerro de La Atalaya se ubicaba una torre de vigilancia, de lo que hoy tan solo quedan los restos de lo que se conoce como La Tercia.

El 20 de febrero de 1292 se concede dicho término a la ciudad de Andújar y pasa a llamarse Higuera de Andújar. Posteriormente, en el siglo XVI, se convierte en propiedad de la aldea de Arjona, dentro del señorío de la Orden de Calatrava. Hasta 1558 no logra su independencia jurídico-administrativa y su denominación como villa.

En el año 1995 se aprueba el cambio de denominación del municipio, de forma que a partir de ese momento Higuera de Arjona se convierte en Lahiguera.

Puede que en los restos del castillo se hospedase Miguel de Cervantes en su visita, en 1592, a la localidad, como comisionado por orden del rey Felipe II para conseguir cereales y legumbres para preparar el bizcocho, único alimento de los galeotes (esclavo condenado a remar en las galeras).

Cervantes conoció la antigua iglesia de Nuestra Señora María de la Consolación, levantada a finales del siglo XV, que sirvió como capilla al castillo. Presenta una sola nave de planta rectangular y forma de cruz latina, flanqueada por capillas laterales, y presidida por un presbiterio sin ábside.

La actual torre campanario, de factura popular, fue erigida entre 1956 y 1957, tras el derrumbe de la anterior. En su interior destacan las tallas de Nuestro Señor de la Capilla, de 1949, y de Jesús Nazareno, que forma parte de los actos de la denominada “Carrera de los Santos”, que se produce el Viernes Santo. En el paraje conocido como El Cerrillo se produce el encuentro entre la Virgen de los Dolores y San Juan con Jesús Nazareno, cuyas andas son llevadas por los mozos “a la carrera” después de haber sido subastada la participación de los anderos.

También son peculiares los “pregones de la madrugá”, una tradición popular que se desarrolla en la madrugada del viernes, previamente a la procesión del Nazareno. El origen de estos pregones hay que buscarlo en la liturgia del siglo XVIII, cuando los franciscanos trataban de hacer llegar el mensaje de Cristo de una forma didáctica.

En 1944 se construyó la nueva iglesia de Nuestra Señora María de la Consolación, con una nave longitudinal dividida por arcos de medio punto, en siete tramos.

El Ayuntamiento se sitúa en un edificio de estilo regionalista, decorado con elementos modernistas, con detallas en forja. También se ha utilizado piezas de mármol roto en la escalera de entrada. Igualmente, destacan las vidrieras de colores.

En cuanto a sus festividades, el 11 de agosto se celebra Santa Clara de Asís, patrona de Lahiguera desde 1251, cuya intervención en una epidemia fue decisiva para erradicar el mal.

El copatrón, San Juan Bautista, enarbola su esplendor el 24 de junio con unas fiestas muy participativas, mientras que el 20 de enero, San Sebastián, mantiene la fecha de su patronazgo desde la antigüedad.

Muy rica es la gastronomía de Lahiguera, entre la que destaca el flamenquín de Semana Santa, un rollo de pescado (pez espada o emperador) que envuelve a un relleno de gambas. Heredado de la cocina morisca se encuentran los roscos de baño blanco, junto con las perrunas y los almendrados. No obstante, quien se lleva la palma en las celebraciones es el bizcocho conocido como “la manta”, relleno y enrollado. Se elabora en una lata pastelera, que solía tener una vara castellana de 90 centímetros de larga y algo más de una cuarta de ancha.

 

Manuel Rodríguez Arévalo

Escritor