A mitad del siglo pasado existían en la provincia de Jaén numerosas viñas y muchas más huertas y fincas de cereales que hay hoy en día. Para proteger el cultivo de posibles robos, los propietarios de los viñedos armaban en la finca una pequeña construcción de piedra en forma circular, a estas construcciones de piedra seca se les conocía con el nombre de caracoles. Con el paso del tiempo el olivar fue ganando espacio a la viña y muchos de estos elementos fueron desapareciendo. Afortunadamente, hoy en día se conservan muchos de ellos, la inmensa mayoría se concentran en el término municipal de la localidad de Rus. En este pueblo de la comarca de La Loma hay registrados 103 caracoles, la mayor parte bien conservados. En Rus, estas construcciones de piedra forman parte del conjunto turístico de la localidad, un aliciente más para visitar la villa, si bien el Ayuntamiento ha editado una guía detallada con cuatro rutas de senderismo que transcurren por los lugares donde se asientan los distintos caracoles, cada uno con una tipología distinta. Una de las personas que mejor conoce este mundo es Cristóbal Pulpillo López, natural de Rus, maestro de educación primaria, amante del senderismo y montañismo, coautor de libro “Los Caracoles de Rus, un patrimonio singular e irrepetible” editado en diciembre de 2018 por el Ayuntamiento de Rus y Diputación de Jaén. Los otros dos autores del libro son Francisco Checa Moreno, escritor y maestro de primaria y Salvador García Ramírez, poeta y profesor de secundaria.

Nos comenta Cristóbal Pulpillo que es en Rus, con diferencia, donde existen mayor número de este tipo de construcción en España. A mitad del siglo pasado se calculaban existían alrededor de 200 caracoles, pero fue ganando terreno el olivar y desaparecieron, se derribaron. Incluso, muchos, sus piedras han servido para hacer cimentaciones de casas. De los que se mantienen, la mayoría –nos cuenta Cristóbal- se conservan aparentemente bien.

Cristobal Pulpillo

– ¿Cuál ha sido el objetivo principal que perseguían con la publicación de este libro?

– El objetivo que pretendíamos con esta publicación es que seamos conscientes de que los caracoles de piedra seca de Rus son una riqueza cultural y que no sólo nos da una profundidad histórica, sino que además nos atribuye cierta singularidad como pueblo, otorgándonos unas características diferenciadoras de otras poblaciones, como sucede también en la Fiesta de los Mozos. Una vez publicado el libro el objetivo era diseñar un catálogo con rutas. Trazamos 4 rutas alternativas de senderismo y con una aplicación que la descargas en el móvil, nos señala el camino hasta llegar a los caracoles. Con este catálogo se posibilita su conocimiento, y se pueda extender a las personas que nos visitan y que se decidan a recorrer sus rutas con un interés tanto cultural como deportivo.

– ¿En qué otros lugares de la provincia y del país tiene constancia que existan este tipo de construcción en el campo?

– Siempre el caracol ha sido para guardar viñas, en La Loma existen algunos, en Torreperogil, Sabiote, Úbeda, Baeza, Canena, Ibros. En Sierra Magina hay algunos, aquí también se les denomina chozas, aunque aquí la mayoría son de piedra seca pero con el techo de troncos y ramas. En España hay localizados en otras provincias, quizás donde haya mayor número en Tirig (Castellón) La Muela (Zaragoza) y Alatoz (Albacete), pero, sin lugar a dudas, es en Rus donde existen la mayor cantidad de toda España.

– ¿La ruta es de fácil acceso?

-Sí. Nosotros llevamos años mostrando los caracoles a bastante gente, a los colegios, asociaciones de padres, de mujeres. Incluso, la primavera pasada, estuvieron el Colegio oficial de arquitectos y aparejadores de Jaén, y le mostramos una ruta.

¿Y los dueños de los caracoles que dicen de todo esto?

– La mayoría están de acuerdo en mantenerlos. Nos dieron su consentimiento para el libro. Los que están en mal estado están de acuerdo en que se arreglen, pero están esperando sean declarados como bien cultural y puedan recibir algún tipo de ayuda para su conservación.

– ¿Los caracoles necesitan de mayor reconocimiento?

– Las construcciones de piedra seca fueron declaradas bien inmaterial de la humanidad por la UNESCO en el año 2018. Ahora lo que pretendemos es que sean declarados como Bien de Interés Cultural (BIC). A raíz de nuestro trabajo, que está bien documentado, se ha vuelto a solicitar. Estamos en contacto con el etnólogo de la Diputación de Jaén, Francisco Jiménez, que está trabajando con el expediente para presentarlo a la Junta de Andalucía. Esperemos que pronto lo podemos conseguir.

Estas construcciones de piedra es un tipo de arquitectura popular que cumplía en aquella época su cometido, para vigilancia y refugio cuando en verano el sol era muy fuerte o en invierno las lluvias eran tormentosas. También servían para guardar los aperos agrícolas y de labranza. En Rus como en el resto de la comarca apenas quedan hoy viñas que guardar y estas construcciones quedan al amparo de los desafíos de la naturaleza y del respeto de la gente para conservar este patrimonio singular.

 

Rafael Espadas

Editor

Por Rafael Espadas

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