En esta época de confinamiento que nos tocó vivir, muchas personas echan de menos ahora los bares, restaurantes y lugares con que compartir un desayuno o el aperitivo con los amigos, la familia. La provincia de Jaén está llena de bares y ricas tapas. En otros tiempos más lejanos también los hubo, aunque en este caso eran las tabernas y ventas las que ejercían esta labor. De tabernas, ventas y posadas trata precisamente el jugoso e interesante libro escrito por Manuel Rodríguez Arévalo (Villanueva de la Reina, 1963) escritor comprometido con temas etnográficos de la provincia de Jaén. Manuel Rodríguez ejerce también el periodismo desde hace muchos años, actualmente es corresponsal del diario IDEAL. “Tabernas, mesones, posadas y ventas de Jaén”, es su último libro publicado recientemente, cuenta con 760 páginas, y 475 fotografías, un excelente trabajo de este escritor que tiene en nómina 9 libros de temática jiennense, como el recopilatorio de «Leyendas del Santo Reino», su anterior libro publicado.

-¿De qué trata, fundamentalmente, el libro?
-Recoge un catálogo de estos establecimientos, hasta el año 1970, porque a partir de ese momento hubo un aumento considerable, sobre todo, de bares. Normalmente, incluyo a lo que llega la memoria de las 150 personas que he entrevistado, así como los datos de tres anuarios: Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración (Anuario Bailly-Baillière), de 1881 a 1900; Anuario de Riera, de 1908 y Anuario regional descriptivo, informativo y seleccionado de la industria, comercio, agricultura, profesionales, arte y turismo de la región de Andalucía y norte español de África, de 1932.
A ello hay que añadir la información contenida en el Catastro del marqués de la Ensenada de 1754. Además, también se incorpora a la obra aquellas curiosidades, historias y anécdotas producidas entorno a esos establecimientos, complementado con 475 fotografías.

-¿Cómo te surgió la idea de escribir de esta temática?
-En el año 2015 publiqué “Los caminos de hierro en la provincia de Jaén”, un libro sobre la historia del ferrocarril en toda la provincia y cuando fui a entregarle el libro a Domingo Moreno, persona muy vinculada a Cruzcampo y a su fundación, a lo largo de la charla de café surgió la idea de preparar un libro sobre las tabernas de la provincia.
Me puse a trabajar en ello, pero al poco tiempo observé que también me llegaba información de otros establecimientos relacionados con las tabernas, motivo que me llevó a incorporarlos al estudio.

-¿Cuánto tiempo te ha llevado a preparar el libro?
-En el mes de febrero de 2015 ya realizo la primera anotación en mi diario de trabajo y hasta mediados de febrero de 2020 no lo terminé de corregir. Han sido cinco años de muchos viajes a cada uno de los municipios de la provincia, porque todas las localidades de Jaén tienen su capítulo y eso me ha llevado a realizar un buen número de entrevistas, además de las consultas en los diferentes archivos.

-¿Algunas tabernas míticas que quieras destacar de la provincia o que te hayan impresionado por algún motivo?
-Al quedarme en el año 1970 son muy pocas las tabernas que se han mantenido hasta nuestros días. En Jaén destacaría La Manchega, en Génave la taberna de Pío, donde en los años 60 ya tenía cámara frigorífica, o la taberna de Mariposo, en Huelma, que ofrecía las albóndigas de boda, muy codiciadas en ese momento. Aunque cada establecimiento tenía su peculiaridad, teniendo en cuenta que las tabernas eran el centro de reunión de la población masculina.

-¿Qué hecho histórico o social que se haya vivido en alguna taberna o posada destacarías?
-Ha habido muchos acontecimientos entorno a esos establecimientos, como cuando apareció muerto un viajante de 40 años en su habitación de la posada de Arroyo del Ojanco. El día de antes le había dejado a su dueño 800.000 pesetas para que se las guardara. Era la recaudación de toda la semana.
También se produjeron muchas peleas, navajazos o clientes que metieron la yegua en la taberna El Tani, en Baños de la Encina.
Quizá la historia más sorprendente está relacionada con la taberna El Gorrión, de Jaén, concretamente con la leyenda entorno al jamón que fue indultado por su propietario, y tras un siglo de existencia ahí sigue incorrupto.
Está referido a la visita de unos extranjeros a dicha taberna. Entre ellos, una hermosa mujer rubia que se manchó con el jamón y pidió al dueño que hiciera algo por quitársela. Le invitó a que subiera a su casa para tal menester. Mojó una toallita en el quitamanchas y se la frotó entorno al pecho, donde se encontraba la tacha. Posteriormente, antes de abandonar la estancia la chica rubia le besó en los labios.
Algunos días después, un amigo del dueño de la taberna, le dijo que la mujer era una princesa rusa que iba camino de Cádiz para embarcar hacia Estados Unidos. El titular de El Gorrión decidió indultar al jamón que había provocado la mancha.

-¿Cuál era el papel de la mujer en aquella época en las tabernas y posadas?
-Las mujeres no formaban parte de la clientela de las tabernas. Si se las encontraban allí era porque estaban al frente de la cocina o habían quedado viudas y tenían que seguir con el negocio del marido.
En cuanto a las posadas, su misión era más importante, porque en la mayoría de ellas, la mujer la dirigía y se encargaba de la atención a la clientela, excepto de los establos que lo dejaba al marido.

-¿Dónde se puede comprar el libro?
-El libro está disponible desde la primera semana del mes de marzo, que realicé la primera presentación en Torredonjimeno. Hasta ese momento tenía cerradas 23 presentaciones durante el mes de marzo y abril, que se han aplazado por el confinamiento.Se puede adquirir en las presentaciones de cada uno de los pueblos, en dos librerías de Jaén o a través del correo [email protected]

 

Rafael Espadas

Editor

Por Rafael Espadas

Editor